Muchas veces el premio que creemos perfecto para entrenar no es el mejor, para poder entrenar de forma más efectiva deberíamos establecer una categoría de premios para poder premiar según lo haga en mejor o menor grado. Por ejemplo, si un ejercicio ya lo tiene casi asimilado y lo hace medio bien, se le da un premio medio, si lo hace perfecto, se le da el premio de mayor grado.
Averiguar lo que más le gusta a nuestro peludo es sencillo. Cogemos al perro (otra persona) y pones delante suyo en fila y con una separación de un palmo en paralelo, diferentes tipos de premios. Una vez puestos, al primero que acuda, será el que más le guste. Lo cogéis antes de que devore el resto y vais probando con diferentes premios.
No os penséis que a todos los perros les gusta el pienso o el jamón, conozco un caso de un perro que mataba por el pimiento, así que haced pruebas con las cosas más descabelladas (que no sean perjudiciales, claro) que creáis y os llevaréis sorpresas.
De esta forma podréis tener una categoría de premios y jugar con ellos según lo haga mejor o peor, tanto en entrenamiento básico, en obediencia, agility, ring... Igualmente, recordad que no todos los perros son adictos a la comida, aunque en el caso de los Labradores suele ser algo bastante común.
Si queréis probar otras cosas, podéis mezclar muñecos, pelotas, huesos o lo que se os ocurra con comida en la línea de "escoger", ya que puede ser que un perro se motive más con una pelota que con jamón de jabugo.
Autora: Ana Carmona
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